jueves, 1 de septiembre de 2011
Duele..
Duele. Sí, esa es la palabra. Saber que, aunque se quiera, no se va a conseguir. Es una rabia interna que necesitas liberar como sea, es un sentimiento tan fuerte y doloroso que saldrías de casa a las once de la noche y echarías a correr hasta no sentir las piernas. Hasta llegar a la puerta de su casa, o mejor, a la ventana de su habitación y decirle lo que sientes. Es justo eso. Justo eso lo que tengo que hacer para estar tranquila y feliz. Y si después de ir hasta allí y decirle todo eso me da un beso...Mejor, ¿no? Bah no te engañes venga, deja de decir tontadas... ¿Qué más da que le digas todo eso si no te va a hacer caso? Y si te lo hace luego se va a arrepentir o alguna gilipollez de estas.
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